VIA CRUCIS SACERDOTAL

ORACIÓN PREPARATORIA

Dios Padre todopoderoso, con la gracia del Espíritu Santo, quiero acompañar a tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Sacerdote y Víctima, en el camino de la cruz y contemplar su ofrecimiento y entrega, su sacrificio y consagración para la santificación de los sacerdotes. Escucha mi oración por ellos y por cuantos se preparan para la ordenación sacerdotal, para que se ofrezcan y se entreguen, se sacrifiquen y se santifiquen y sean consagrados como “otros cristos”, y para que tu Iglesia reciba por medio de ellos vida y santidad. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

I Estación – Jesús, condenado a muerte

Señor, hoy eres condenado en aquellos sacerdotes que son llevados al desprecio y algunos hasta la muerte.  Concédeme que pueda reparar los ultrajes que recibes en ellos mostrando respeto, obediencia y amor al sacerdocio que les has confiado. Padre nuestro.

II Estación  – Jesús carga con la cruz

Al abrazar la cruz asumiste la carga que habrían de llevar tus sacerdotes. Señor, que su cruz le resulte soportable, gracias a ti y a la tuya, puesto que la cruz es y será siempre marca y garantía del sacerdocio que fue consumado en tu cruz y que se cumplirá en ellos. Padre nuestro.

III Estación – La primera caída

Bajo el peso del madero y oprimido contra el suelo, te levantas, Señor. No dejes caer a tus sacerdotes, cargados también con nuestras miserias. Alienta sus desfallecimientos y protege a cuantos se disponen a recibir el sacerdocio para que lleguen contigo hasta el altar. Padre Nuestro.

IV Estación – Jesús encuentra a su Madre

Madre, tu mirada alivió el sufrimiento de Cristo Sacerdote que subía hasta el Calvario. Haz que nuestra vida santa estimule a los sacerdotes en su fidelidad y que los seminaristas se mantengan en su vocación bajo tus ojos misericordiosos. Padre Nuestro.

V Estación – El Cireneo ayuda a Jesús

Buscaron a uno que te ayudara a llevar la cruz hasta el final. Señor, que cuando el peso de su cruz oprima a tus sacerdotes hasta sentir que no pueden llegar hasta el final, concédenos cargar también nosotros con la cruz y llegar todos hasta tu altar. Padre Nuestro.

VI Estación – La Verónica enjuga el rostro de Jesús

La mujer que enjugó tu rostro se quedó con tu “verdadero icono” entre sus manos. Como tú eres figura del Padre, los sacerdotes son imagen tuya en la Iglesia. Jesús, que nuestra oración les ayude a configurarse contigo, y marca tu imagen también en nuestro corazón. Padre Nuestro.

VII Estación – La segunda caída

Señor, de nuevo caes bajo el peso de la cruz y de nuestros pecados. Pero con amor te levantas con la presteza del buen pastor. Que tu fortaleza, y la confianza que ellos han puesto en ti, levante siempre a tus sacerdotes ya que tú te has fiado de ellos. Padre Nuestro.

VIII Estación – Jesús consuela a las mujeres

A pesar del sufrimiento y de la aflicción, te olvidas de ti mismo para confortar a aquellas madres y mujeres que sentían compasión por ti. Señor, único Maestro, que tus sacerdotes alcancen el olvido propio a favor de la porción de la Iglesia que se les ha encomendado. Padre Nuestro.

IX Estación – La tercera caída

Una vez más caes por tierra. Oh Jesús, cuando tus sacerdotes, fatigados y cansados por el esfuerzo apostólico, no puedan más, acuérdate de ellos para que, otra vez de pie, te sigan cada vez más de cerca. Recibe mi vida por ellos para que lleguen contigo hasta el Calvario. Padre Nuestro.

X Estación – Jesús es despojado de sus vestidos

Te despojaron de tus vestidos, lo último que tenías. Señor, que  los sacerdotes, como verdaderos discípulos tuyos, desprendidos y generosos en su vida, con tu palabra, en el culto y la santificación y con el cuidado pastoral santifiquen a sus hermanos. Padre Nuestro.

XI Estación – La crucifixión

Has extendido dócilmente tus brazos sobre la cruz, que es expresión de tu amor y nuestro signo de salvación. Concede, Señor, a tu Iglesia, santos y sabios sacerdotes que nos estimulen de palabra y obra a apreciar y agradecer la cruz para la redención del mundo. Padre Nuestro.

XII Estación – Muerte de nuestro Salvador

Cristo, Sumo Sacerdote, en el altar de la cruz, has consumado tu ofrenda y has dado tu vida para que tengamos vida. Que tus sacerdotes transmitan tu vida al mundo, al participar de tu único sacerdocio. Dales la gracia para que sepan y quieran inmolarse cada día contigo. Padre Nuestro.

XIII Estación – Descendimiento

En tus manos virginales, Madre de Cristo Sacerdote, es depositada la Víctima inmolada, nuestro Señor, pastor y cordero. Guarda, Madre, a tus hijos sacerdotes, hasta que, consumado el sacrificio de sus vidas, puedas acogerlos y presentarlos, con Cristo, ante el Padre. Padre Nuestro.

XIV Estación – Sepultura

Señor, tu Cuerpo queda en el sepulcro en la espera de la resurrección que llena de Vida y Santidad, la Pascua de la nueva creación. Que tus sacerdotes dejen con su vida una estela de gracia y de santidad para que podamos llegar hasta ti en la gloria. Padre Nuestro.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria, por las intenciones del Papa.

ORACIÓN FINAL

Oh Jesús, Sacerdote eterno que te ofreciste en la cruz al Padre como Víctima propiciatoria para nuestra redención y continúas ofreciéndote en el altar por medio de tus sacerdotes, santifícalos en la verdad para que, unidos a ti, Sacerdote y Víctima, en su servicio a la Iglesia nos santifiquen para gloria de Dios. Amén.