Por los sacerdotes y seminaristas. No se improvisa la santidad.

Se hace por la santificación de los sacerdotes, porque estos son fuente de vida de la Iglesia, dispensadores de los Misterios de Dios; instrumentos escogidos por Cristo para que, partícipes de su Único y Eterno Sacerdocio prolonguen Su obra en el tiempo y en el espacio.(cf.PO 12)

Porque la santidad de los presbíteros contribuye en gran manera al ejercicio fructuoso de su propio ministerio. Y así, cuanta mayor santidad alcancen, tanto más aptos serán como instrumentos en servicio de todo el pueblo de Dios. PO 12

La santidad no se improvisa. Los seminaristas son llamados desde toda la eternidad a ser sacerdotes. Hay que ayudarles en su camino de santificación.