El 14 de julio es una fecha cargada de recuerdo –oración y gratitud- para todos los devotos de D. José María García Lahiguera. El 14 de julio de 1989, a las 8.15 de la mañana cerraba sus ojos a la luz de este mundo un hombre que quiso ser siempre y en todo sacerdote.
El Dies natalis de D. José María nos lleva a encomendarnos más intensamente a él y a dar gracias a Dios por su vida, por su vocación-misión, por sus palabras y por su Obra: sus hijas, las Oblatas de Cristo Sacerdote.
Con ocasión de este nuevo aniversario ofrecemos el Testamento del Venerable Siervo de Dios. A través de él nos introducimos en los rincones más recónditos de su alma de niño y descubrimos sus grandes amores: la Trinidad Santísima, su vocación sacerdotal, la Virgen –¡Madre!–, la Iglesia y su Congregación amadísima.
Que la lectura de este precioso texto prenda en cada uno nosotros nuevos deseos de rezar por la santificación de los sacerdotes. Ojalá pronto nos conceda el Señor la elevación a los altares de este Servo bueno y fiel.