La Congregación nació en la noche santa de la Pasión del Señor, cuando Jesucristo pronunció su oración sacerdotal: » Padre, por ellos ruego… por ellos me consagro…para que también sean consagrados en la verdad.
Surgió a la luz en plena persecución religiosa, en Madrid, el 25 de abril de 1938. Son sus fundadores Mons. Jose Mª García Lahiguera y Madre María del Carmen Hidlgo de Caviedes y Gómez.

Muchos piensan que las comunidades de vida contemplativa son de otro tiempo: Carmelitas, Franciscanos, Jesuitas…. tienen una larga historia dentro de la Iglesia. Sin embargo, Dios, no sólo sigue llamando a personas a esta entrega total, sino que también sigue encomendando a algunos, la gran misión de fundar nuevas comunidades según las necesidades de su Iglesia. Éste fue el caso de D. José Mª García Lahiguera y Mª Carmen Hidalgo de Caviedes y Gómez, un obispo y una joven de la España del siglo XX.

20 de julio de 1936. Guerra Civil Española. Una joven de 23 años se encuentra en la iglesia de las Capuchinas haciendo oración antes de participar en la Santa Misa. Bombardeo del Cuartel de la Montaña, Madrid. Se oyen las bombas, las explosiones…. ante el peligro inminente, las religiosas buscan al capellán por todas partes para confesarse. La joven le busca y no logra encontrarle. En ese momento comprende con fuerza el puesto vital del sacerdote en la Iglesia, su misión insustituible en el plan salvífico de Dios, para llegar a las almas. Ante el altar de un templo que amenazaba con venirse abajo, esta joven, inspirada por el Espíritu Santo, ofreció su vida al Señor por los sacerdotes. Esta joven era Mª Carmen Hidalgo de Caviedes y Gómez.

Tan sólo unos meses antes (9 de marzo de 1936), D. José Mª García Lahiguera (Director Espiritual del Seminario Menor) escribe en sus apuntes espirituales:

» Y como la santidad es obra de la gracia, y esta se alcanza con la oración, urge de un modo apremiante lanzarse a una Cruzada «Pro Sacerdotio», a base de oración y sacrificio. (…) Pero como se trata de hacer algo permanente y estable, como lo es el sacerdorcio, y por tanto ha de ser continuo el pedir y sacrificarse por su santificación, y esto no se consigue cuando la labor la dirige o anima una sola persona, creo debe pedirse mucho a Nuestro Señor si conviene ir pensando en la fundación de una orden religiosa de monjas de clausura, cuyo fin principal, por no decir exclusivo, había de ser la oración y el sacrificio por la santificación de los jóvenes y seminaristas y cuya característica había de ser además, los tres votos de pobreza, castidad y obediencia, el ofrecimiento solemne, público y oficial (…) de Víctimas por los sacerdotes y Seminaristas».

En 1938, Mª Carmen, hizo Ejercicios Espirituales con el fin de discernir su vocación religiosa, esa vocación que desde muy joven Dios había puesto en su corazón, y que en los años de la guerra se fue definiendo mucho más. Estos Ejercicios se los dio a ella, y a su hermana, D. José María.

Mª Carmen dijo a D. José Mª: «Dios me llama para Sí, pero… ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cómo?»
A lo que D. José Mª contestó: «Haga Ejercicios Espirituales con toda el alma y escriba cuanto el Señor le vaya haciendo sentir».
Mª Carmen le decía a D. José Mª: «Ya que no puedo ser sacerdote, seré víctima por ellos». (…) Esto no existe, ¿verdad?.
D. José Mª: «Hija Mía, todo esto es de Dios. Ciertamente no existe, pero existirá».
Mª Carmen, arrodillada le dijo: «Padre, ahora vamos a comprometernos a llevar a cabo eso que Dios quiere, hasta el final, a costa de lo que sea.
Lo que Mª Carmen sentía en su interior era: entrega por los sacerdotes y seminaristas; estrecha clausura: oración constante, rigurosa austeridad, silencio, apartamiento del mundo…. y al confiar estos sentimientos a D. José Mª, que ya barruntaba algo similar desde hacía tiempo, se produjo el nacimiento de aquella nueva obra en la Iglesia, que se llamó en un principio «La Obra Sacerdotal». Todo aquello ocurrido aquel 25 de abril de 1938, se ratificaría al día siguiente en la Eucaristía.

Al finalizar la guerra, existía un pequeño grupo o comunidad impulsado por ese mismo ideal que Dios puso en los corazones de estas dos almas. La primera que participó de estos ideales fue la hermana menor de Mª Carmen, Lucía María.

Se reunieron en una casa en Getafe, el 24 de mayo de 1939 viviendo austeramente y pasando por muchas dificultades. Fueron cambiando de domicilio hasta llegar a C/ General Aranaz , 22 en Madrid, que es la actual Casa Madre de la Congregación, donde está la sede del Gobierno General y Casa de Noviciado. Poco a poco la Comunidad fue creciendo y se fundaron nuevos conventos en distintos lugares de España y más recientemente, en Perú. Así en la actualidad son seis los monasterios de la congregación, cinco en España: Madrid, Salamanca, Huelva, Moncada (Valencia) y Toledo; y uno en Perú, en la ciudad de Moyobamaba.