Madre Mª del Carmen Hidalgo de Caviedes y Gómez

Fundadora de la Congregación de HH. Oblatas de Cristo Sacerdote

“La voluntad de Dios”, su vida.

Entrega de amor,

“pro eis et pro Ecclesia”

 

 

La entrega de su vida que Dios le inspiró al comienzo de la guerra civil y que marca toda su existencia, tiene como base o fundamento la oración Sacerdotal de Cristo. Sus palabras: “Padre, por ellos yo ruego, […] y por ellos yo me consagro, para que sean consagrados (santificados) en la verdad”, serán ya inseparables en su corazón, mente y vida, y hasta la consumación de su ofrenda. Por eso, su mensaje, su vida ofrecida a favor de la Iglesia y de la santidad sacerdotal, su testimonio de santidad vivido en este sentido oblativo, unida a Cristo Sacerdote y Víctima, “pueden ser una luz encendida para que la Iglesia entienda la dignidad, la grandeza, la belleza, del sacerdocio ministerial, en el conjunto de la historia del siglo XX, siglo que podemos llamar del sacerdocio ministerial” –en palabras de Don Demetrio Fernández González, dirigidas a las Oblatas, al mes del fallecimiento de la Madre Fundadora–.

Así escribía…

«Cristo Sacerdote es mi vida, es mi exigencia; y, no sé cómo expresar, pero diría que Él es también mi respuesta. Es en Él, misterio insondable de amor y dolor, donde mi alma vive la realidad de su vocación de Oblata; es allí, en lo profundo de su misterio, donde tiene vida la total donación de entrega al Amor. Y allí, en ese profundo misterio de Cristo Sacerdote, veo, con claridad luminosa, tantas y tantas cosas como he de reajustar en mi vivir diario.»

«Siempre tenemos que reconocer que Él nos amó primero, que en esto está el amor. Que antes de que nosotros pudiéramos decir un sí, estábamos presos ya de su Amor, porque nos amó primero. Nos amó Dios Creador, nos amó Dios Redentor. Nos reclama Cristo Redentor.»

«La santidad, no es esta o estotra virtud. La santidad es Dios, y el ser santa es participar de Dios, deificarme, unirme a Él en el Amor.»

«No sabría escoger cosa fuera de la Voluntad de Dios. La Voluntad de Dios es mi vida, porque fue el vivir de Cristo.»